Maricruz danza en el escenario, le canta a VÃctor Jara, a la revolución, a Allende âel escenario se llena completamente con la figura de la actriz y una fotografÃa del recordado lÃder chileno en un atril, no hace falta más- y se despoja sin falsos pudores en cada actuación. Esto es lo primero que interpela la emoción de los espectadores.
El ¡Venceremos!, los upelientos (partidarios de Unidad Popular), Neruda, radio Magallanes, su propio embarazo y el ir a parir en medio de la historia, igual que tantas chilenas, porque claro, el nacimiento del ´hombre nuevo´ no era solo una consigna, âera una expresión de amor a aquellos sueños colectivosâ. Todo esto relata Maricruz.
âEl año 70 marcó mi vida con una doble inflamación, amor y revolución. De vieja supe que es lo mismo, no existe la una sin la otraâ le dijo la actriz al diario uruguayo, Primera Página el último 16 de abril. Vivir con honor, morir con gloria es testimonio vivo sobre Chile y sobre un teatro popular de excelencia que supera, siempre supera sus lÃmites.